Resolución: Deléitese En La Palabra

Con el año nuevo acercándose, estoy seguro de que el 1 de Enero, los gimnasios en todo el país tendrán un aumento en su membresía total. Por el aumento en miembros, también deberán traer maquinas adicionales para satisfacer las necesidades del aumento repentino del tráfico. El lugar estará lleno… y para el 7 de Enero, habrán sacado toda maquina adicional y la mayor parte del tráfico habrá disminuido… ya que la mayoría de la gente habrá renunciado a sus resoluciones de Año Nuevo.

Esto no solo sucederá en sus gimnasios locales, sino también en muchos lugares diferentes, la gente definitivamente habrá renunciado a sus resoluciones de ponerse en forma, bajar de peso, parar malos hábitos, salir de deudas. No hay nada de malo en hacer estas resoluciones comunes de Año Nuevo. Por supuesto, todos tomamos resoluciones que no cumplimos.

La buena noticia es que cada año es una oportunidad para empezar de nuevo. Pero también lo es cada semana. Cada Domingo es el primer día de la semana… un nuevo comienzo. En realidad, cada día es una oportunidad para un nuevo comienzo.

El pasaje de hoy nos dice algo sobre nuevos comienzos y nuevas oportunidades, y sugiere algunas posibles resoluciones de Año Nuevo.


Escritura: Salmo 1:1-6

1) Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, 2) sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. 3) Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera! 4) En cambio, los malvados son como paja arrastrada por el viento. 5) Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos. 6) Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malos lleva a la perdición.”


‘Deléitese’ en la Palabra

Si está comenzando el viaje para leer la Biblia este año, ‘Deléitese’ en la Biblia y encuentre aliento en las palabras que Salmo 1 tiene para usted.

La promesa es que si te ‘deleitas’ en la Palabra de Dios y ‘meditas’ en las Escrituras ‘día y noche’ (v.2, NVI), tu vida será bendecida. La felicidad viene de lo que te sucede. Bendición es lo que te sucede al conocer a Dios y meditar en sus palabras.

Dios promete que serás fructífero (‘cuando llega su tiempo, da fruto’, v.3b), vitalidad (‘sus hojas jamás se marchitarán’, v.3c) y prosperidad (‘todo cuanto hace prospera’, v.3d), aunque no necesariamente prosperidad material!

Este mensaje está respaldado por una mirada al destino final de ‘los malvados’. El salmista no intenta pretender que los malvados a veces no prosperan. Simplemente nos recuerda la naturaleza transitoria de su prosperidad: “son paja arrastrada por el viento… (ellos) perecerán (v.4,6).

La clave para ser fructífero y tener vitalidad duraderas y eternas cae en su relación con Dios. Mientras buscas seguir “el camino de los justos”, tienes la seguridad de que el Señor mismo velará por ti (v.6).


Oración

“Señor, gracias por tus maravillosas promesas mientras decido hacer un hábito regular de deleitarme en tu palabra y meditar en ella. Amén.”

Acércate

La Biblia nos dice: “Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes”. (Santiago 4:8a)

Esta promesa es tanto alentadora como animadora. También nos recuerda la responsabilidad que tenemos en nuestra relación con Dios.

La frase “acercarse” significa, muy simplemente, acercarse a una cosa. Si te acercas a Dios, dice Santiago, Dios mismo vendrá a estar cerca de ti.

Eso parece un poco redundante al principio. Si te acercas a alguien o algo, por supuesto que naturalmente también se acercarán a ti, pero Santiago está describiendo una relación espiritual, no una proximidad física.

Podríamos pensar en la parábola del hijo pródigo y en la resolución del hijo en esa parábola de reunirse con su padre. Dejando el país lejano en el que había buscado hacer un hogar, regresa a la casa de su padre. A medida que se acerca a la casa, su padre lo ve desde lejos, y en lugar de esperar a que el hijo cubra toda la distancia, el padre sale corriendo de su lugar para saludar al hijo y abrazarlo (Lucas 15: 11-32). El hijo procuró acercarse a su padre, y el padre a su vez se acercó a él.

Este es el deseo de Dios.

Él quiere que vengamos a Él. Pero a medida que comenzamos ese viaje, no deberíamos imaginarnos a Dios esperando al final del camino, tocando con los dedos de los pies con impaciencia para vernos llegar a donde debemos estar. Más bien, Dios está, metafóricamente hablando, corriendo para encontrarse con aquellos que sinceramente se están acercando a Él.

Lo que plantea la pregunta: ¿qué significa acercarse a Dios? ¿Cómo hacemos tal cosa en la práctica? ¿Cuál es la aplicación práctica de la metáfora?

A veces hablamos de acercarnos a Dios en la adoración, en la oración, en el canto o en Su palabra. La Biblia nos dice que nos acerquemos al trono de Dios confiadamente, y el contexto y significado de la declaración parece indicar oración y adoración (Hebreos 4:16). Nos acercamos al trono de Dios para pedirle y alabarle. Pero hay razones para pensar que Santiago puede tener algo diferente en mente cuando nos dice que nos acerquemos a Dios en Santiago 4:8. Por un lado, está el contexto más amplio de la declaración.

El pasaje más completo nos dice: “Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos pecadores! Y ustedes, los doble ánimo, ¡purifiquen su corazón!” (Santiago 4:8) Santiago también dice: “Sométanse a Dios”, y “Humíllense ante el Señor, y Él los exaltará”. (Santiago 4:7a, 10)

Nuevamente, la instrucción de Santiago recuerda la parábola antes mencionada enseñada por Jesús. El hijo pródigo se había alejado mucho de donde debería haber estado. Estaba reducido y desamparado, envidiando a los cerdos y anhelando un estado mejor. Jesús dice acerca de este joven, “finalmente, recapacitó”. (Lucas 15:17) Reconoció la locura de su situación y resolvió cambiarla. Dio media vuelta y partió para su casa, humilde, penitente y reconociendo su error.

Santiago nos está diciendo que si queremos acercarnos a Dios, esto es lo que también debemos hacer. Necesitamos desear manos limpias y un corazón limpio. Tenemos que buscar la pureza en nuestras vidas. Debemos humillarnos ante Dios. En resumen, tenemos que arrepentirnos.

Sin arrepentimiento, no hay salvación (Lucas 13:3; Hechos 2:38). Si no podemos admitir nuestros propios pecados, defectos y errores, y habiéndolos admitidos, decidir dejarlos atrás, desechándolos (Hebreos 12, 1), no podemos acercarnos a Dios. Es el pecado lo que nos separa de Dios (Isaías 59:2). Si queremos estar cerca de Dios y tener esa relación con Dios, entonces tenemos que deshacernos de lo que está poniendo distancia entre nosotros.

Pero nunca debemos pensar que Dios está desinteresado en nuestros intentos, requiriendo que hagamos el viaje solos. Si tenemos un corazón arrepentido, Dios corre a nuestro encuentro para perdonarnos y darnos la bienvenida a casa. Es el padre de la parábola, movido por la emoción, el amor, el dolor y la alegría para cerrar la brecha entre él y el hijo penitente y humillado. Él nos ha mostrado esto a través del sacrificio de Jesús: Su voluntad de hacer lo que sea necesario para perdonarnos.

Todo lo que se necesita de nuestra parte es un paso. Un paso humilde en la dirección correcta, la disposición a preguntar, “¿qué debo hacer?”, y luego la resolución de obedecer (Hechos 2, 37-38).

No Recuerden Las Cosas Del Pasado

Tiempos de sufrimiento han abundado en el año 2020. La vida nunca se ha sentido más fugaz que durante los momentos en que un ser querido muere. Las Escrituras también conocen el tema de sufrimiento. El pueblo de Israel ciertamente sabía sobre el sufrimiento, pero algo siempre permaneció que fue la salvación de Dios.

“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.” – Isaías 43: 18-19

Este pasaje contiene palabras de Dios a los Israelitas cuando terminaban su exilio en Babilonia. Aunque pecaron, Dios les estaba mostrando que hay un lugar especial para la esperanza en la obra restauradora que tenía reservada. Los Israelitas sabían como era estar en un desierto, mucha historia difícil pasaron. Al mismo tiempo, también sabían cómo se sentia la salvación del Señor. Dios venía de nuevo para salvar a su pueblo de la opresión de sus enemigos que ellos merecían por su infidelidad. Aún así, Dios dice que no recuerdes las cosas anteriores … Él salva a Israel y tú y yo nos beneficiamos de este momento histórico.

La relación de Dios con Israel es a menudo un espejo de la relación que nosotros tenemos con el Senor. Nos sentimos oprimidos por el pecado o las dificultades y buscamos alivio cada vez que tenemos la oportunidad. Dios tiene un punto de vista para el sufrimiento que es diferente a nuestro punto de vista. Siempre está “haciendo algo nuevo”: un camino en el desierto y ríos en en la soledad. Como creyentes, lo normal debería ser percibir las cosas nuevas que Dios está haciendo. El avivamiento que puede surgir en cualquier momento depende del Señor y, como resultado, nuestra fe se intensifica a través de cada experiencia.

Si ha aceptado a Jesús como su Señor y salvador, descanse. Permita que las Escrituras refresquen su espíritu y permanezcan en la fidelidad del Señor. Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13: 8). Él nunca nos abandonará.

-Eva Topete (Líder de Jóvenes)

Fuente de Verdad y Gozo

“Como el Padre me amó, también yo os he amado. Permaneced en mi amor ” dice Jesús (Juan 15:9).

¿Por qué querría alguien permanecer en el amor de Jesús?

En este momento, parece que lo que tenemos que hacer es quedarnos en casa, recibir información a través de nuestros medios de comunicación y asegurarnos de usar nuestras máscaras si tenemos que salir. Aunque ciertamente debemos cuidar nuestro cuerpo lo mejor que podamos, ninguna de las medidas anteriores cuidará nuestras mentes, corazones y almas que también lo requieren mucho.

Los creyentes permanecen en el amor de Jesús porque solo a través de este apego, tenemos acceso a su paz y una comprensión de como Dios ve la vida, que es lo que anhela nuestra alma. La perspectiva en la cual somos renovados diariamente por la gracia que ha sido dada a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz. Los desafíos que enfrentamos todos los días son nuestra mayor pista de que la vida es más que nuestras carreras, amigos o incluso familias. Jesús da un amor que no se parece a ningún otro porque proviene del creador del universo (Juan 15: 9). Es ilimitado y abarca cada posible momento feliz o tragedia que este mundo puede arrojarnos. Los seres humanos, al igual que otras criaturas, necesitan amor para prosperar. Algunos de nosotros hemos experimentado el amor a través de nuestras familias y otros de nosotros no. Dios nos ofrece un amor mayor que nunca nos defraudará. Esto es nuevo para nosotros y no lo entendemos. Lo bueno es que no tenemos que entenderlo. Podemos conocer a Dios sin conocer cada secreto del mundo (Isaías 55: 8, Job 38).

Si has aceptado a Jesús en tu corazón como tu Señor y salvador, te animo a permanecer fervientemente en el amor de Jesús. De un hermano en Cristo a otro– apoyémonos en Jesús como nuestra fuente de verdad y gozo sin importar los tiempos, mientras entendemos que esto requiere nuestro compromiso y no es una fórmula mágica para ayudar a reprimir nuestras luchas y temores (Juan 15: 1-8). Sigamos adelante porque somos salvos y amados con un amor más grande del que podemos imaginar.

– Eva Topete (Líder de Ministerio de Jóvenes)